APROXIMACIÓN

“La condición de útil no es adjetiva si no sustantiva para el caso de la arquitectura. Ella no constituye un simple agregado a sus cualidades formales o a su posible belleza. La arquitectura se entrecruza más que ninguna otra de las artes con el quehacer humano, con su realidad cotidiana y con su historia. No se trata por tanto de una condición adicional, si no del propio modo de ser de la arquitectura. Su forma y su modo de acción se dan en ese contacto estrecho con la actividad humana.” 1

El punto de interés del tema a trabajar radica en la relación del oficio cotidiano del habitante de un lugar determinado y la arquitectura. Tomando en cuenta la realidad física, geográfica, material y cultural en que se encuentra inmersa, en mi caso particular, relacionado con el paisaje rural.

Cada oficio es resultado de su ubicación geográfica y la oportunidad que esta le brinda al humano, cada oficio precisa de una infraestructura que funciona como soporte para una actividad determinada, cada oficio está íntimamente relacionado con el modo de vivir de la o las personas que lo realizan.

En un contexto rural, la construcción de los soportes necesarios para un oficio determinado se rige por la ley de la precariedad y la utilidad. Es decir mientras sea útil es suficiente y se utilizan los materiales que se tengan a mano, ya sea extraídos de algún medio natural, de sobras de otra construcción, etc. Además de esto la forma está dada por un aprendizaje obtenido desde su entorno cultural más cercano, vale decir, familiares, vecinos, etc. respondiendo a creencias ancestrales y a necesidades actuales. “En este sentido, lo inmaterial del patrimonio funciona como una base de sostén de esta relación. Son las creencias, tradiciones, aspiraciones, necesidades y valores de las comunidades, que se traducen en objetos materiales, y una apropiación del espacio que a su vez retroalimenta las creencias. Existe una “(…) profunda interdependencia entre el patrimonio cultural inmaterial y el patrimonio material cultural y natural”. Las comunidades tradicionales son una base de sustento para sus paisajes culturales en tanto lo construyen y le dan sentido.”2

Lo anteriormente señalado se refiere principalmente a lo que se está reparando y relacionando entre arquitectura, cultura rural y las edificaciones auxiliares destinadas a fines propios o secundarios relacionados con la vida y el trabajo conformando así el paisaje rural.

Mi interés por este tema se gesta principalmente a través de la observación de las áreas rurales de la comuna de Vichuquén.

Vichuquén es una comuna de 4.916 Hab. (Censo del año 2002), ubicada en el extremo norte de la región del Maule (ver Fig.1), debido a sus cualidades geográficas, arquitectónicas y culturales (ver Fig. 2) siempre ha estado ligada al turismo, hecho al que sus habitantes se han ido adaptando con el pasar del tiempo y del cual han aprendido a sacar provecho a través de diversos medios generando con ello ingresos tanto estacionales como anuales a sus familias.


Fig. 1: plano de ubicación de la Comuna de Vichuquén dentro de la Región del Maule


Fig. 2

Si bien la economía de la comuna no se basa completamente en el turismo, este ha pasado a ser un sustento complementario, que ha ido tomando fuerza, por lo que además de representar la fuerza laboral en el cuidado de casas, en el área de la construcción, han aparecido asociaciones de artesanos y trabajadores independientes que quieren ofrecer los productos que han sido elaborados o cosechados por ellos mismos.

Esta actividad trae consigo la necesidad de estructuras auxiliares que le sirvan de soporte en forma de bodegas, talleres, salas de venta, etc. los cuales presentan la condición de precariedad o “sencillez” anteriormente mencionada (ver Fig. 3).

Fig. 3: imagen correspondiente a la localidad de Uraco.

Entre los tipos de productos y productores que se encuentran dispersos en la comuna se pueden nombrar: artesanía en coirón, batro, greda blanca, piedra, telar, conchitas, bordados, madera, mimbre, producción apícola, ganadera, hortalizas, flores, sal, pasteles, conservas, deshidratados, recolección de cochayuyo, moluscos, etc. los cuales he clasificado en: manufactura, recolección o extracción y producción. Todos estos rubros tienen distintas formas de enfrentarse a los consumidores, las cuales van desde un simple cartel hasta una artesanía ya consolidada. Lo que todos tienen en común es su relación y dependencia con los caminos, las diferencias existentes tienen correspondencia con el rubro y el lugar físico o paisaje natural en que se emplazan, es así como aparecen diferentes esquemas y relaciones en cuanto a la apropiación del territorio o lote habitable (las Figs. 4, 5 y 6, son algunos de los ejemplos que muestran las relaciones existentes entre oficio, contexto y vías).


Fig. 4: imagen correspondiente al rubro de la extracción de sal en la localidad de Yoncavén.




Fig. 5: imagen correspondiente a la crianza de ganado y venta de sal.


Fig. 6: esta imagen corresponde al oficio de recolección de cochayuyo en el sector de Boyeruca.

Actualmente la comuna de Vichuquén se encuentra en una etapa de transición, debido a dos obras viales de gran importancia que han mejorado la conectividad de las zonas más alejadas.

Una de ellas es la pavimentación de la ruta que conecta el pueblo de Vichuquén con la comuna de Licantén, la cual disminuyó el tiempo de viaje a la mitad (15” aprox.) (Ver Fig. 7).

La segunda obra importante es la creación del Camino Real, el cual forma parte de la Carretera de la Costa, esta vía conecta la comuna con la región de O’Higgins (ver Fig. 7).




Fig. 7


La habilitación de estas vías no sólo ha mejorado la conectividad para sus habitantes, si no, también para los visitantes, ya que de acuerdo a la fuente consultada (funcionario del Retén de Carabineros de Vichuquén) el flujo de estos ha aumentado por lo menos en un 70% aproximadamente.

En principio, el turismo puede considerarse como un factor que ayude a la integración y el reconocimiento mutuo de diferentes culturas a partir de un intercambio de visiones. No obstante la realidad demuestra que en la mayoría de los casos se convierte en un factor más de alteración, las prácticas tradicionales se banalizan y en vez de que las comunidades fortalezcan su identidad cultural se homogenizan con el resto, adoptando costumbres y técnicas exógenas al tener un mayor acceso a ellas.

Tanto las técnicas constructivas que aprovechan los materiales del lugar como las soluciones tipológicas de las construcciones (ver Fig. 8), son una parte constitutiva del paisaje cultural, por lo tanto es necesario que las comunidades logren readaptarse a la nueva realidad sin perder lo tradicional o simplemente remarcando su identidad cultural.



Fig. 9: imagenes de tecnicas de construcción vernácular, extraída de la tesis sobre "Cultura Material Rural", de Patricio Merino, Andrea Muñoz y profesor Mario Marchant.

“No se trata de colocar a las comunidades en burbujas protectoras para sostener una realidad “pintoresca” y que las congele en su realidad presente, pero si de crear los mecanismos que ayuden al fortalecimiento de los valores tradicionales.”3

“Pensar en la ciudad y la arquitectura es pensar en lo que hay pero también es proponer nuevas maneras de afrontar lo que está sucediendo.”4

1.- PEREZ OYARZÚN, F; ARAVENA M, A; QUINTANILLA CH, J., Los hechos de la Arquitectura, Editorial ARQ, 2007, Santiago, Chile. Pág.: 55. 2.- TOMASI, J, La Sustentabilidad Social Como Base Para La Conservación de Los Paisajes Culturales, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires, Argentina, 2006, Buenos Aires, Argentina
3.- TOMASI, J, La Sustentabilidad Social Como Base Para La Conservación de Los Paisajes Culturales, Facultada de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires, Argentina, 2006, Buenos Aires, Argentina.
4.- Solá-Morales, I de. Territorios. Editorial Gustavo Gili. 2002. Barcelona. España. Pág. 32.